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Bases Económicas: Descripción del marco conceptual desde la visión económica

Autor: Pablo Campos Palacín
Investigador del Grupo de Economía Ambiental del CSIC y Premio Nacional de Economía y Medio Ambiente 2002
CSIC
Tipo: Ponencia
Actividad: ST-13 Capital Natural
Temática: Biodiversidad
Documento asociado:  

Resumen:

El valor económico de los activos ambientales de los ecosistemas procede del bienestar que experimentan en el presente las generaciones que hoy pueblan la Tierra por el disfrute del consumo futuro esperado de sus servicios ambientales escasos. La valoración económica de los servicios del ecosistema requiere el empleo de técnicas que han de simular mercados virtuales, ya que habitualmente no son observables en transacciones de mercados reales. La renta del recurso natural o excedente del productor es la variable que la ciencia económica prescribe  para valorar la contribución de los servicios de los ecosistemas privados y públicos a los productos que les demandan las personas. La valoración de los activos ambientales de los ecosistemas basada en el principio de valor de cambio no tiene aplicación en contextos de hábitats y especies amenazados. En estas situaciones su aplicación no es consistente con la teoría de la renta ambiental, ya que la pérdida para siempre de una variedad natural no reproducible es inconmensurable por carecer de cosa equivalente de comparación que revele su precio relativo. En la situación de hábitats y especies amenazados se requiere abandonar la preferencia de los consumidores y el gobierno ha de adoptar la métrica política del coste tolerable para gestionar la supervivencia del bien natural amenazado fundada en el principio de precaución.

 

El gobierno, como depositario del deber de las generaciones actuales de legar a las generaciones que nacerán en el futuro la mayor parte posible del legado recibido de variedad natural única, ha de ejecutar el coste necesario para gestionar la mitigación de la pérdida de variedad natural hasta la cuantía máxima tolerable por las generaciones actuales.

 

Así, concluimos que la garantía de legar el mayor grado de opciones de variedad natural a las futuras generaciones no depende, finalmente, de las estrategias de consumo de los servicios de los ecosistemas basadas en las preferencias de de las generaciones actuales y si del gasto del gobierno en ejecutar programas de gestión que mitiguen la pérdida para siempre del legado natural depositado en los ecosistemas. ¿Qué tipo de gestión con uso o sin uso? ¿Qué tipo de gestor si público o privado? ¿Qué productos han de ofrecerse comercializados y de libre acceso? Todas son elecciones que cada sociedad concernida en tiempo y espacio ha de adoptar para construir las instituciones de propiedad y gestión que prefieren al fin de cumplir con la misión de moral pública de mitigar la destrucción y la degradación de la provisión futura de servicios de los ecosistemas.