“La economía de los ecosistemas y la biodiversidad” – TEEB - es un estudio a escala mundial emprendido por el G8 y cinco importantes economías en desarrollo. Se trata de la principal iniciativa internacional destinada a calcular los beneficios (económicos) de la biodiversidad, con el objetivo de conocer los costes (económicos) de la pérdida de la biodiversidad y la degradación de los ecosistema.s El objetivo de este grupo de trabajo ha sido generar contenidos específicos al objetivo general del TEEB: frenar la pérdida de biodiversidad mostrando el valor económico que ésta y los servicios de los ecosistemas suponen para las empresas y para la Economía.

El GT5, tras realizar en 2012 una revisión de datos y hechos, herramientas y mejores prácticas sobre Empresa y Biodiversidad, ha tratado de avanzar en este ámbito definiendo objetivos específicos que se adapten a las necesidades detectadas por el grupo. Así pues se han detectado como prioridades comunicar, medir y garantizar un correcto seguimiento de las acciones de biodiversidad que llevan a cabo las empresas, y fomentar la conectividad de acciones sobre la biodiversidad en España.

Partiendo de la experiencia laboral de los miembros participantes en el comité en sus respectivos puestos de trabajo, relacionados con la conservación de la naturaleza, ya sea en grandes empresas, en ONG o en administraciones, el grupo ha planteado la necesidad de definir parámetros a analizar para describir la inversión privada que se realiza en biodiversidad. ¿Conocemos el impacto que tiene esa inversión en la empresa (medido en términos empresariales)?, ¿y en la sociedad?; ¿son exitosas las acciones de conservación?, ¿qué eficacia tienen en las especies o espacios donde recaen los fondos destinados a preservación? ¿Se coordinan estos fondos públicos y privados cuando se trata de la misma especies en un mismo territorio?

Por otro lado y para poder comunicar a la sociedad la importancia de la biodiversidad se ha realizado una revisión de publicaciones sobre la comunicación que convencionalmente se hace de este asunto, para posteriormente proponer nuevos conceptos y mensajes que no resulten aburridos o catastrofistas y que sirvan para sentar las bases de qué y cómo comunicar cuando hablamos de biodiversidad.

Así pues esta sesión ha tenido como objetivo tres aspectos: analizar cuáles son los indicadores más prácticos para cualificar y cuantificar las acciones que la empresa realiza para gestionar la biodiversidad; consensuar la información que debería contener una base de datos que aglutine información sobre actuaciones de conservación de biodiversidad realizadas por empresas, gobiernos u ONG (públicas y privadas); y debatir sobre cómo se puede reconstruir el mensaje que habitualmente se usa cuando se habla de biodiversidad y de servicios de los ecosistemas.