El potencial de los materiales naturales y renovables en las actuales corrientes de desarrollo sostenible es innegable, y sobre todo en ámbitos como el del ecodiseño y la ecoinnovación, y el corcho es uno de los mejores ejemplos. Además de las valoradas propiedades intrínsecas del material, el sector del corcho tiene una ventaja competitiva con respecto a otros materiales de la industria muy destacable: la sostenibilidad del propio material. Actualmente la producción del corcho se concentra en la Península Ibérica el 80% de la producción mundial suponiendo una importante actividad económica para las zonas rurales donde estas industrias están instaladas.

Este trabajo forma parte de la apuesta por el material corcho y su amplio potencial en diferentes mercados, en el que se ha realizado un análisis socio-económico del sector, identificando una serie de desafíos que la industria del corcho debe abordar. Entre ellos está el importante papel que debe tener la industria transformadora de corcho en el desarrollo del resto de la cadena de suministro, aumentando el aprovechamiento de la materia prima y promover el desarrollo de las zonas rurales. Además esta industria debe estableces sus propias estrategias de desarrollo para el futuro, incrementando la inversión en I+D e innovación debido a las debilidades identificadas: la excesiva concentración de su mercado en el sector del vino y la pobre gestión forestal de los alcornocales, así como su infrautilización.

Por otra parte, la industria del corcho debe expandir sus mercados para poder diversificar sus oportunidades, además de fortalecer la sostenibilidad y la ecoeficiencia en cada uno de los agentes que intervienen en el sector. Por ello, el presente trabajo recoge una serie de análisis para la identificación de los sectores y aplicaciones potenciales donde el material puede tener cabida, además de por sus propiedades físicas por el carácter sostenible del mismo. Los entornos de aplicación donde el corcho tiene un gran potencial de desarrollo son aquellos donde existe una necesidad de protección de impactos, aislamiento termico y acústico, aligerar peso o protección de ambientes húmedos. Entre esos entornos identificados, además del sector de la construcción, están los entornos acuáticos tanto recreativos como deportivos, las actividades deportivas de contacto físico, así como aquellos entornos exteriores e interiores donde se necesita protección al impacto.