En este trabajo se analiza el efecto de pH en la biosorción en discontinuo de mezclas de dos contaminantes, un colorante (azul de metileno) y un metal pesado (Cr(III)), ambos muy usados en diferentes procesos industriales y que se encuentran presentes en los efluentes líquidos de dichos procesos. La técnica utilizada es la biosorción, que ha sido investigada en los últimos años y se contempla como una alternativa de gran interés frente a las tecnologías convencionales, especialmente en el caso de utilizar como materiales biosorbente sólidos residuales. Por otra parte, el pH es uno de los parámetros más importantes que controlan el proceso de biosorción. En el caso particular de los contaminantes analizados, ambos están presentes en medios acuosos en forma de iones cargados positivamente. La influencia del pH es debida principalmente a que el pH puede modificar el estado químico de los grupos funcionales presentes en la superficie del biosorbente y que son responsables de la biosorción y al hecho de que los iones H+ son fuertes competidores de los iones del sorbato. En primer lugar, se realizaron experimentos sin biosorbente para comprobar el comportamiento de la mezcla en disolución en función del pH del medio, utilizando una mezcla MB-Cr (III) de concentración 100 mg/L MB + 100 mg/L Cr (III) y variando el pH de 3 a 12. Se observa que a medida que aumenta el pH del medio, la concentración que permanece en disolución de ambos contaminantes disminuye, siendo especialmente significativo el descenso en el caso del Cr (III), lo que puede estar relacionado con la precipitación de éste en forma de Cr (OH)3 en medio básico. A continuación se analizó el efecto del pH en la biosorción de mezclas MB-Cr (III) (100 mg/L-100 mg/L) y variando el pH de 3 a 7. Se observa que a medida que aumenta el pH del medio, se eleva el porcentaje retirado en el caso del MB y hay un ascenso bruco en el caso del Cr (III), a pH 6 y 7. Esto parece indicar que el pH óptimo para la retirada de ambos contaminantes podría ser 7, aunque podría producirse un efecto combinado biosorción-precipitación en el caso del Cr (III). Para comprobar este hecho, se realizaron dos experimentos a pH 6 y 7, de forma que en una primera etapa se lleva a cabo la biosorción y posteriormente se disminuye el pH del medio hasta un valor inferior a 4, analizando de nuevo la disolución para comprobar si se ha producido una resolubilización del cromo precipitado y, posteriormente, se somete a un segundo ensayo de biosorción. Se comprueba que, efectivamente, se produce una precipitación del Cr (III) a ambos valores de pH y que el porcentaje de contaminante retirado en ambos casos es inferior en la segunda etapa.