Desde una perspectiva medioambiental, la farmacia comunitaria es un centro productor de residuos peligrosos generados por la actividad de formulación magistral (RPF) y de residuos comerciales derivados de su propio funcionamiento (RC) y simultáneamente un centro receptor de residuos de medicamentos y sus envases de origen doméstico (RD). Sin embargo, el impacto ambiental que produce la farmacia autorizada por la Administración para la elaboración de fórmulas magistrales y preparados oficinales no parece tomarse en consideración, probablemente porque la generación de sus RPF no se realiza en un proceso productivo al uso, quedando excluida de la obligatoriedad legal de presentar planes de minimización, lo que inevitablemente conduce a una despreocupación a la hora de adoptar medidas preventivas para reducir los RPF. Teniendo en cuenta que el producto final elaborado es un medicamento, la actividad de formulación magistral no puede adaptarse a las alternativas habituales de gestión de residuos peligrosos, por lo que resulta imposible adoptar las medidas de prevención de otras actividades o plantear objetivos ambiciosos sobre reducción de RPF. Ante estas dificultades, limitar el problema, en el mejor de los casos, a la introducción de un manual ad hoc de buenas prácticas, no resulta suficiente. Por ello, desde 2005 venimos realizando una posible alternativa a través de un modelo de prevención propio de generación de RPF, para responder a tres grandes objetivos: 1) impulsar la mejora continua de la gestión ambiental, 2) minimizar la generación de residuos peligrosos (RPF) y 3) fomentar el principio de responsabilidad ambiental. El modelo gira en torno a dos líneas de actuación preventiva, que hemos denominado Iniciativa profesional y Gestión responsable, que se desarrollan mediante acciones generales y específicas. Los indicadores de gestión ambiental relativos a la producción y seguimiento proporcionan información sobre la eficacia de las acciones realizadas, alertan de las desviaciones del sistema y ponen de manifiesto la bondad del modelo, su aplicabilidad en la actividad de formulación magistral de las farmacias comunitaria y hospitalaria y su complementariedad con otras acciones preventivas para la mejora de la calidad ambiental de la farmacia comunitaria, lo que contribuye a crear una práctica responsable de la actividad de formulación magistral orientada hacia la sostenibilidad y mejora del medio ambiente en la farmacia comunitaria.