Este artículo presenta las conclusiones extraídas de la experiencia de la certificación Perfil de Calidad en edificios de viviendas, en cuanto a cuáles son las mejoras técnicas de mayor implantación de entre todas las que ofrece este sistema para optar a la marca PdC en materia de ahorro de energía y sostenibilidad.

La Entidad de Evaluación de Edificios, del Instituto Valenciano de la Edificación, lleva más de cinco años certificando edificios de viviendas, ya sean viviendas unifamiliares como grandes bloques. Esto ha supuesto la revisión de más de 55 proyectos, con un total de 2200 viviendas, y más de 300 visitas a obras, lo que ha permitido el análisis técnico de estas promociones e identificar cuáles son las mejoras que promotores y técnicos han preferido incorporar, de entre todas las opciones que ofrece el distintivo Perfil de Calidad.

La certificación Perfil de Calidad es la que mayor implantación tiene en España en el sector residencial, y sus requisitos siguen el esquema de la normativa de aplicación a nivel nacional, fundamentalmente el Código Técnico de la Edificación, y de aquella normativa autonómica que afecte a alguno de estos requisitos. Esto permite a los promotores que aplican el Perfil anticiparse a las próximas reglamentaciones, ya que para obtener el distintivo tienen que incorporar mejoras en sus edificios que posiblemente serán obligatorias en un futuro.

Las características de ahorro de energía más aplicadas en los edificios certificados corresponden con la mejora de la envolvente térmica. Esto se debe a la alta valoración que tienen estas características en el Perfil de Calidad, fundamentales para obtener la certificación, además de tratarse de mejoras que no suponen importantes esfuerzos técnicos o económicos y en cambio ofrecen una notable calidad y ahorro.

En el apartado de Sostenibilidad las medidas para la reducción del consumo de agua han resultado eficaces por su fácil aplicabilidad y su bajo coste económico, lo que también ocurre con la mejoras en la gestión de residuos en obra. Otras medidas relativas a materiales resultan más complicadas de aplicar, por su incipiente presencia en el mercado o por su repercusión económica. Es cierto que estos inconvenientes tienden a superarse gracias al incremento de productos con etiquetados medioambientales o al mayor conocimiento en estas materias por parte de los prescriptores y constructores.