La calidad del aire en Europa se evalúa de acuerdo con los valores límites y los valores objetivos fijados por las Directivas europeas 2004/107 y 2008/50. En España estas dos directivas se han transpuesto mediante los Reales Decretos 812/2007 y 102/2011.

Para poder transmitir la información sobre la calidad del aire a la población existen distintos instrumento: informes anuales de evaluación, datos históricos de los distintos puntos de muestreo, etc. Una fórmula que se utiliza para llegar fácilmente a los ciudadanos es la utilización de índices de calidad del aire. Estos índices recogen la valoración de distintos contaminantes y tienden a definir entre 3 y 6 niveles de referencia con una valoración global, por ejemplo: calidad excelente, buena, aceptable, deficiente o muy deficiente.

Años atrás, el dióxido de azufre (SO2) era un problema en muchas ciudades, la desulfuración de los combustibles en las refinerías ha reducido significativamente su concentración el aire ambiente. Ahora el mayor problema en muchas ciudades es el dióxido de nitrógeno (NO2), por su mayor emisión y por la reducción de los valores límite establecidos. Por estos motivos por ejemplo hay que evaluar si es conveniente que los índices de calidad del aire dejen de tener en cuenta el SO2 y reduzcan los niveles considerados para el NO2.

Con esta comunicación se pretende analizar distintos índices de calidad del aire ambiente existentes en Europa sujetos a una misma legislación. Comparar los contaminantes contemplados y los distintos niveles que se fijan para cada uno en los índices analizados, y el período temporal considerado (horario, diario o anual). Y contrastar estos índices con los informes anuales de calidad del aire.